Tanto la teatina como la paja de trigo, la cosechan personas que se dedican a esta tarea. Con mi esposo a veces vamos a buscar la teatina a los cerros del Secano Costero, aunque por lo general la compramos lista. La paja de trigo se la encargo a las trenzadoras de Cutemu, ya sea en trenza o en gavilla. Los tintes naturales los recolectamos en el campo, sacamos varias plantas, entre árboles y hierbas, como el quintral de álamo.
En el campo, una vez que se cosecha la paja, se limpia la espiga. Después se lava y se separa por grosor. Se van haciendo unos montoncitos, llamados gavillas. Recién ahí uno puede blanquear la paja o teñirla. También puede empezar a trenzar la cuelcha y después teñir la huincha entera. Yo me encargo de teñir con anilinas, aunque prefiero los tintes naturales. A Jaime le toca esa tarea, tiñe con quintral del álamo, sauce, espino, entre otros productos.
El hormado, engomado y planchado del sombrero es labor de Jaime, quien además es el encargado de realizar las terminaciones, incorporando adornos y cintas. Así hacemos la chupalla y los distintos sombreros de fibras vegetales. Los sombreros de paño son diferentes. Para esos traemos los paños desde Bolivia y Ecuador, son lanas prensadas de muy buena calidad. En todo caso, no hay como las chupallas de La Lajuela.
El bonete colchagüino fue un sombrero muy difundido en esta zona. Se elaboran desde aproximadamente unos 200 años. Mi padre usaba bonete, mi madre los hacía. Incluso, ella les vendía bonetes a algunos integrantes del grupo folclórico de Santa Cruz, Los de Ramón. Hoy, El Huique es el pueblo famoso por su bonete. El bonete que presenté para el Sello de Excelencia lo hice con paja, igual que las chupallas, y lo bordé con cordón de filoseda
Tanto la teatina como la paja de trigo, la cosechan personas que se dedican a esta tarea. Con mi esposo a veces vamos a buscar la teatina a los cerros del Secano Costero, aunque por lo general la compramos lista. La paja de trigo se la encargo a las trenzadoras de Cutemu, ya sea en trenza o en gavilla. Los tintes naturales los recolectamos en el campo, sacamos varias plantas, entre árboles y hierbas, como el quintral de álamo.
En el campo, una vez que se cosecha la paja, se limpia la espiga. Después se lava y se separa por grosor. Se van haciendo unos montoncitos, llamados gavillas. Recién ahí uno puede blanquear la paja o teñirla. También puede empezar a trenzar la cuelcha y después teñir la huincha entera. Yo me encargo de teñir con anilinas, aunque prefiero los tintes naturales. A Jaime le toca esa tarea, tiñe con quintral del álamo, sauce, espino, entre otros productos.
El hormado, engomado y planchado del sombrero es labor de Jaime, quien además es el encargado de realizar las terminaciones, incorporando adornos y cintas. Así hacemos la chupalla y los distintos sombreros de fibras vegetales. Los sombreros de paño son diferentes. Para esos traemos los paños desde Bolivia y Ecuador, son lanas prensadas de muy buena calidad. En todo caso, no hay como las chupallas de La Lajuela.
El bonete colchagüino fue un sombrero muy difundido en esta zona. Se elaboran desde aproximadamente unos 200 años. Mi padre usaba bonete, mi madre los hacía. Incluso, ella les vendía bonetes a algunos integrantes del grupo folclórico de Santa Cruz, Los de Ramón. Hoy, El Huique es el pueblo famoso por su bonete. El bonete que presenté para el Sello de Excelencia lo hice con paja, igual que las chupallas, y lo bordé con cordón de filoseda
Tanto la teatina como la paja de trigo, la cosechan personas que se dedican a esta tarea. Con mi esposo a veces vamos a buscar la teatina a los cerros del Secano Costero, aunque por lo general la compramos lista. La paja de trigo se la encargo a las trenzadoras de Cutemu, ya sea en trenza o en gavilla. Los tintes naturales los recolectamos en el campo, sacamos varias plantas, entre árboles y hierbas, como el quintral de álamo.
En el campo, una vez que se cosecha la paja, se limpia la espiga. Después se lava y se separa por grosor. Se van haciendo unos montoncitos, llamados gavillas. Recién ahí uno puede blanquear la paja o teñirla. También puede empezar a trenzar la cuelcha y después teñir la huincha entera. Yo me encargo de teñir con anilinas, aunque prefiero los tintes naturales. A Jaime le toca esa tarea, tiñe con quintral del álamo, sauce, espino, entre otros productos.
El hormado, engomado y planchado del sombrero es labor de Jaime, quien además es el encargado de realizar las terminaciones, incorporando adornos y cintas. Así hacemos la chupalla y los distintos sombreros de fibras vegetales. Los sombreros de paño son diferentes. Para esos traemos los paños desde Bolivia y Ecuador, son lanas prensadas de muy buena calidad. En todo caso, no hay como las chupallas de La Lajuela.
El bonete colchagüino fue un sombrero muy difundido en esta zona. Se elaboran desde aproximadamente unos 200 años. Mi padre usaba bonete, mi madre los hacía. Incluso, ella les vendía bonetes a algunos integrantes del grupo folclórico de Santa Cruz, Los de Ramón. Hoy, El Huique es el pueblo famoso por su bonete. El bonete que presenté para el Sello de Excelencia lo hice con paja, igual que las chupallas, y lo bordé con cordón de filoseda