Todo el proceso es absolutamente manual, la máxima tecnología que utilizo es un taladro y un pulidor. Trabajo con técnicas coloniales, como el batido o martillado, el cual comienza con el caldeado de las chapas de cobre al rojo, las que se enfrían después en agua. Luego se baten o martillan sobre bolones de acero. Algunas piezas necesitan soldadura, otras, remaches. Realizo grabados al aguafuerte y cincelados.
Toda mi línea colonial nace de una investigación. Por ejemplo, indagué en objetos de cobre, como tachos y cazos, que aún se encuentran en algunos museos, como EL Huique, el Regional de Rancagua y el Lircunlauta, de San Fernando. Me acerqué a los orígenes de estas piezas, descubrí que estaba entre vascos y catalanes, donde los útiles de cocina de cobre tienen sus asas de fierro. Así hago este tipo de piezas, con herrería y forja.
Mis objetos contemporáneos son una mezcla de lo tradicional con distintas líneas de diseño. Es un juego entre los tiempos antiguos y modernos, donde realizo lo que se me viene a la mente. Son obras que voy creando en mi taller, entre martillazos y fuego, más martillo y más llamas, y así sucesivamente, hasta obtener objetos únicos, transformados a punta de golpes y calor.
Un producto que viene arrastrándose de toda la experiencia creativa del oficio y la experimentación de técnicas y aprendizajes propios. Objetos de desarrollada calidad, nacidos del mundo del martillado, de las texturas, los ácidos, los grabados y el engaste de piedras. Trabajo con piedras semi preciosas chilenas, como lapislázuli, jaspe y malaquita turquesa, con el fin de resguardar la identidad. A través de las joyas muestro respeto a lo tradicional.
Todo el proceso es absolutamente manual, la máxima tecnología que utilizo es un taladro y un pulidor. Trabajo con técnicas coloniales, como el batido o martillado, el cual comienza con el caldeado de las chapas de cobre al rojo, las que se enfrían después en agua. Luego se baten o martillan sobre bolones de acero. Algunas piezas necesitan soldadura, otras, remaches. Realizo grabados al aguafuerte y cincelados.
Toda mi línea colonial nace de una investigación. Por ejemplo, indagué en objetos de cobre, como tachos y cazos, que aún se encuentran en algunos museos, como EL Huique, el Regional de Rancagua y el Lircunlauta, de San Fernando. Me acerqué a los orígenes de estas piezas, descubrí que estaba entre vascos y catalanes, donde los útiles de cocina de cobre tienen sus asas de fierro. Así hago este tipo de piezas, con herrería y forja.
Mis objetos contemporáneos son una mezcla de lo tradicional con distintas líneas de diseño. Es un juego entre los tiempos antiguos y modernos, donde realizo lo que se me viene a la mente. Son obras que voy creando en mi taller, entre martillazos y fuego, más martillo y más llamas, y así sucesivamente, hasta obtener objetos únicos, transformados a punta de golpes y calor.
Un producto que viene arrastrándose de toda la experiencia creativa del oficio y la experimentación de técnicas y aprendizajes propios. Objetos de desarrollada calidad, nacidos del mundo del martillado, de las texturas, los ácidos, los grabados y el engaste de piedras. Trabajo con piedras semi preciosas chilenas, como lapislázuli, jaspe y malaquita turquesa, con el fin de resguardar la identidad. A través de las joyas muestro respeto a lo tradicional.
Todo el proceso es absolutamente manual, la máxima tecnología que utilizo es un taladro y un pulidor. Trabajo con técnicas coloniales, como el batido o martillado, el cual comienza con el caldeado de las chapas de cobre al rojo, las que se enfrían después en agua. Luego se baten o martillan sobre bolones de acero. Algunas piezas necesitan soldadura, otras, remaches. Realizo grabados al aguafuerte y cincelados.
Toda mi línea colonial nace de una investigación. Por ejemplo, indagué en objetos de cobre, como tachos y cazos, que aún se encuentran en algunos museos, como EL Huique, el Regional de Rancagua y el Lircunlauta, de San Fernando. Me acerqué a los orígenes de estas piezas, descubrí que estaba entre vascos y catalanes, donde los útiles de cocina de cobre tienen sus asas de fierro. Así hago este tipo de piezas, con herrería y forja.
Mis objetos contemporáneos son una mezcla de lo tradicional con distintas líneas de diseño. Es un juego entre los tiempos antiguos y modernos, donde realizo lo que se me viene a la mente. Son obras que voy creando en mi taller, entre martillazos y fuego, más martillo y más llamas, y así sucesivamente, hasta obtener objetos únicos, transformados a punta de golpes y calor.
Un producto que viene arrastrándose de toda la experiencia creativa del oficio y la experimentación de técnicas y aprendizajes propios. Objetos de desarrollada calidad, nacidos del mundo del martillado, de las texturas, los ácidos, los grabados y el engaste de piedras. Trabajo con piedras semi preciosas chilenas, como lapislázuli, jaspe y malaquita turquesa, con el fin de resguardar la identidad. A través de las joyas muestro respeto a lo tradicional.