La totora es una planta hermafrodita, que crece en la orilla de los ríos, esteros y humedales. Hasta allí llego a buscarla para trabajar mi arte. Se trata de una materia prima utilizada por nuestros ancestros, los pueblos indígenas trabajaban mucho la totora. Es una fibra vegetal, 100% natural, térmica, da calor en el invierno y frío en el verano. Para mí significa mucho, es como una mujer bonita, dócil, alegre. Me ayudó a estudiar y a darle educación a mi hija.
La totora se corta con una echona bien afilada. Se reproduce muy rápido: el viento sopla fuerte y los juncos chocan entre sí, así las flores caen al gua y empieza nuevamente el ciclo de la vida. Por eso crece cada tres o cuatro meses. Yo, por lo general, cosecho en abril, agosto y diciembre. En todo caso, hago cuatro cortes anuales. Una vez extraída la totora pasa al proceso de secado, donde se selecciona e impermeabiliza.
Como me abastezco de mucho junco, siempre tengo lo suficiente para aguantar una estación. Después lo almaceno en un cuarto, no se echa a perder, es antiséptico. Ahí me pongo a tejer. Debe estar bien mojado, para que quede flexible. Para trabajar la totora utilizo un hilo especial, uno certificado. Mis trabajos están hechos con mucho amor, así me gano el respeto de mis pares y el cariño de los clientes.
Uno de los productos que más me piden son las cortinas de totora, tipo persiana. Las hago a la medida del cliente. Le pongo cárcamos, listones y la soga, quedan listas para instalar. Para estas cortinas utilizo la totora de la primera cosecha, la de fines de agosto, esa es la mejor, la más duradera. Una de mis cortinas de totora puede durar hasta ocho años. La cortina de totora sirve para todo el año, protege del frío y del calor.
La totora es una planta hermafrodita, que crece en la orilla de los ríos, esteros y humedales. Hasta allí llego a buscarla para trabajar mi arte. Se trata de una materia prima utilizada por nuestros ancestros, los pueblos indígenas trabajaban mucho la totora. Es una fibra vegetal, 100% natural, térmica, da calor en el invierno y frío en el verano. Para mí significa mucho, es como una mujer bonita, dócil, alegre. Me ayudó a estudiar y a darle educación a mi hija.
La totora se corta con una echona bien afilada. Se reproduce muy rápido: el viento sopla fuerte y los juncos chocan entre sí, así las flores caen al gua y empieza nuevamente el ciclo de la vida. Por eso crece cada tres o cuatro meses. Yo, por lo general, cosecho en abril, agosto y diciembre. En todo caso, hago cuatro cortes anuales. Una vez extraída la totora pasa al proceso de secado, donde se selecciona e impermeabiliza.
Como me abastezco de mucho junco, siempre tengo lo suficiente para aguantar una estación. Después lo almaceno en un cuarto, no se echa a perder, es antiséptico. Ahí me pongo a tejer. Debe estar bien mojado, para que quede flexible. Para trabajar la totora utilizo un hilo especial, uno certificado. Mis trabajos están hechos con mucho amor, así me gano el respeto de mis pares y el cariño de los clientes.
Uno de los productos que más me piden son las cortinas de totora, tipo persiana. Las hago a la medida del cliente. Le pongo cárcamos, listones y la soga, quedan listas para instalar. Para estas cortinas utilizo la totora de la primera cosecha, la de fines de agosto, esa es la mejor, la más duradera. Una de mis cortinas de totora puede durar hasta ocho años. La cortina de totora sirve para todo el año, protege del frío y del calor.
La totora es una planta hermafrodita, que crece en la orilla de los ríos, esteros y humedales. Hasta allí llego a buscarla para trabajar mi arte. Se trata de una materia prima utilizada por nuestros ancestros, los pueblos indígenas trabajaban mucho la totora. Es una fibra vegetal, 100% natural, térmica, da calor en el invierno y frío en el verano. Para mí significa mucho, es como una mujer bonita, dócil, alegre. Me ayudó a estudiar y a darle educación a mi hija.
La totora se corta con una echona bien afilada. Se reproduce muy rápido: el viento sopla fuerte y los juncos chocan entre sí, así las flores caen al gua y empieza nuevamente el ciclo de la vida. Por eso crece cada tres o cuatro meses. Yo, por lo general, cosecho en abril, agosto y diciembre. En todo caso, hago cuatro cortes anuales. Una vez extraída la totora pasa al proceso de secado, donde se selecciona e impermeabiliza.
Como me abastezco de mucho junco, siempre tengo lo suficiente para aguantar una estación. Después lo almaceno en un cuarto, no se echa a perder, es antiséptico. Ahí me pongo a tejer. Debe estar bien mojado, para que quede flexible. Para trabajar la totora utilizo un hilo especial, uno certificado. Mis trabajos están hechos con mucho amor, así me gano el respeto de mis pares y el cariño de los clientes.
Uno de los productos que más me piden son las cortinas de totora, tipo persiana. Las hago a la medida del cliente. Le pongo cárcamos, listones y la soga, quedan listas para instalar. Para estas cortinas utilizo la totora de la primera cosecha, la de fines de agosto, esa es la mejor, la más duradera. Una de mis cortinas de totora puede durar hasta ocho años. La cortina de totora sirve para todo el año, protege del frío y del calor.