Para hacer una joya primero determino el grosor de la lámina o del cobre que voy a utilizar. Luego dibujo y corto la figura. Prefiero cortar con tijeras en vez de hacerlo con sierra, es más delicado. El cobre siempre debe ser tratado antes de usarlo, hay que cocerlo para trabajarlo, así queda manipulable y se le puede dar diversas formas con las herramientas. Utilizo, generalmente, martillos y alicates, aunque con ingenio, muchas cosas me sirven.
El metal puede ir solo, puro o puede llevar una piedra, madera, textil o lo que nuestra imaginación nos mande. Depende de nuestros estilo y sello. Lo importante es que el cobre no manche la piel. Para ello, el metal debe ser tratado con un pH lo más próximo a la piel humana, es decir que, debemos acercarnos a un valor óptimo de pH de 5,5 para evita inconvenientes. A mis clientas les sugiero siempre limpiar las joyas con bicarbonato.
Mi admiración por el mundo textil viene por mi pareja, quien es artista en ese rubro. Con fibras y metales hemos descubierto una nueva forma de tomar y poner en valor elementos que trabajaban nuestros pueblos nativos desde antes de la llegada de los españoles. La unión del metal junto al textil es perfecta para nosotros, ya que el cobre es parte de las entrañas de la tierra y la lana de la superficie, son como luz-oscuridad, fragilidad-solidez.
Las fibras que utilizo en las piezas textiles primero deben teñirse. Dependiendo de su origen, animal o vegetal, veo los colorantes y mordientes que utilizaré para fijar de manera óptima el color. Una vez teñidas las lanas o hilos las debo secar a la sombra, hasta que estén listas para ser tejidas. Cuando la pieza textil está terminada, comienzo a diseñar detenidamente el fragmento metálico que hará de soporte o base del entramado.
Para hacer una joya primero determino el grosor de la lámina o del cobre que voy a utilizar. Luego dibujo y corto la figura. Prefiero cortar con tijeras en vez de hacerlo con sierra, es más delicado. El cobre siempre debe ser tratado antes de usarlo, hay que cocerlo para trabajarlo, así queda manipulable y se le puede dar diversas formas con las herramientas. Utilizo, generalmente, martillos y alicates, aunque con ingenio, muchas cosas me sirven.
El metal puede ir solo, puro o puede llevar una piedra, madera, textil o lo que nuestra imaginación nos mande. Depende de nuestros estilo y sello. Lo importante es que el cobre no manche la piel. Para ello, el metal debe ser tratado con un pH lo más próximo a la piel humana, es decir que, debemos acercarnos a un valor óptimo de pH de 5,5 para evita inconvenientes. A mis clientas les sugiero siempre limpiar las joyas con bicarbonato.
Mi admiración por el mundo textil viene por mi pareja, quien es artista en ese rubro. Con fibras y metales hemos descubierto una nueva forma de tomar y poner en valor elementos que trabajaban nuestros pueblos nativos desde antes de la llegada de los españoles. La unión del metal junto al textil es perfecta para nosotros, ya que el cobre es parte de las entrañas de la tierra y la lana de la superficie, son como luz-oscuridad, fragilidad-solidez.
Las fibras que utilizo en las piezas textiles primero deben teñirse. Dependiendo de su origen, animal o vegetal, veo los colorantes y mordientes que utilizaré para fijar de manera óptima el color. Una vez teñidas las lanas o hilos las debo secar a la sombra, hasta que estén listas para ser tejidas. Cuando la pieza textil está terminada, comienzo a diseñar detenidamente el fragmento metálico que hará de soporte o base del entramado.
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El metal puede ir solo, puro o puede llevar una piedra, madera, textil o lo que nuestra imaginación nos mande. Depende de nuestros estilo y sello. Lo importante es que el cobre no manche la piel. Para ello, el metal debe ser tratado con un pH lo más próximo a la piel humana, es decir que, debemos acercarnos a un valor óptimo de pH de 5,5 para evita inconvenientes. A mis clientas les sugiero siempre limpiar las joyas con bicarbonato.
Mi admiración por el mundo textil viene por mi pareja, quien es artista en ese rubro. Con fibras y metales hemos descubierto una nueva forma de tomar y poner en valor elementos que trabajaban nuestros pueblos nativos desde antes de la llegada de los españoles. La unión del metal junto al textil es perfecta para nosotros, ya que el cobre es parte de las entrañas de la tierra y la lana de la superficie, son como luz-oscuridad, fragilidad-solidez.
Las fibras que utilizo en las piezas textiles primero deben teñirse. Dependiendo de su origen, animal o vegetal, veo los colorantes y mordientes que utilizaré para fijar de manera óptima el color. Una vez teñidas las lanas o hilos las debo secar a la sombra, hasta que estén listas para ser tejidas. Cuando la pieza textil está terminada, comienzo a diseñar detenidamente el fragmento metálico que hará de soporte o base del entramado.