Para comenzar una obra, lo primero que hago es elegir el grosor del metal. Esa selección es la que dicta el objeto que se va a construir. Para los aros, por ejemplo, es recomendable usar metal de 0.5 de espesor, para que no pesen mucho y terminen dañando las orejas. Para anillos, collares y pulseras utilizo diversos grosores, pero eso ya depende del diseño o la joya que se quiera construir. En estos casos, el espesor del metal me lo da la experiencia.
Mis joyas generalmente poseen muchos calados, es decir, cortes dentro de las placas o láminas. Comienzo diseñando en papel, luego lo traspaso al metal y, finalmente, lo preparo para cortar con una sierra delgada. Lo recomendable es empezar desde adentro hacia afuera, cortando todos los dibujos interiores. De esta manera se obtiene una mayor superficie donde apoyar el metal. Al último corto el exterior.
Una vez cortada la pieza a trabajar debe limarse tanto el interior como el exterior. Luego se lija por todos lados. Después de este paso se le aplican las sales o el ácido que corroerán el metal. Estos productos se dejan actuar por varias horas, de preferencia en calor. Una vez seca la pieza, se vuelve a lijar para mejorar las terminaciones exteriores. En caso de confeccionar aros, debe hacerse un orificio para colocar el gancho.
Mi colección de joyas inspiradas en hongos silvestres de Chile la llamo Tercer Reino, en honor al Reino Fungi. Me inspiro en diversos géneros de hongos, como Morchella Ramaria, Cyttaria, Pleurotus, Agaricus, entre otros, donde encuentro digüeñes, ostras, changles y morillas. La belleza de los hongos es única, mágica, mística y desconocida. Comencé a trabajar esta línea en 2016, gracias a un proyecto de la Universidad Católica.
Para comenzar una obra, lo primero que hago es elegir el grosor del metal. Esa selección es la que dicta el objeto que se va a construir. Para los aros, por ejemplo, es recomendable usar metal de 0.5 de espesor, para que no pesen mucho y terminen dañando las orejas. Para anillos, collares y pulseras utilizo diversos grosores, pero eso ya depende del diseño o la joya que se quiera construir. En estos casos, el espesor del metal me lo da la experiencia.
Mis joyas generalmente poseen muchos calados, es decir, cortes dentro de las placas o láminas. Comienzo diseñando en papel, luego lo traspaso al metal y, finalmente, lo preparo para cortar con una sierra delgada. Lo recomendable es empezar desde adentro hacia afuera, cortando todos los dibujos interiores. De esta manera se obtiene una mayor superficie donde apoyar el metal. Al último corto el exterior.
Una vez cortada la pieza a trabajar debe limarse tanto el interior como el exterior. Luego se lija por todos lados. Después de este paso se le aplican las sales o el ácido que corroerán el metal. Estos productos se dejan actuar por varias horas, de preferencia en calor. Una vez seca la pieza, se vuelve a lijar para mejorar las terminaciones exteriores. En caso de confeccionar aros, debe hacerse un orificio para colocar el gancho.
Mi colección de joyas inspiradas en hongos silvestres de Chile la llamo Tercer Reino, en honor al Reino Fungi. Me inspiro en diversos géneros de hongos, como Morchella Ramaria, Cyttaria, Pleurotus, Agaricus, entre otros, donde encuentro digüeñes, ostras, changles y morillas. La belleza de los hongos es única, mágica, mística y desconocida. Comencé a trabajar esta línea en 2016, gracias a un proyecto de la Universidad Católica.
Para comenzar una obra, lo primero que hago es elegir el grosor del metal. Esa selección es la que dicta el objeto que se va a construir. Para los aros, por ejemplo, es recomendable usar metal de 0.5 de espesor, para que no pesen mucho y terminen dañando las orejas. Para anillos, collares y pulseras utilizo diversos grosores, pero eso ya depende del diseño o la joya que se quiera construir. En estos casos, el espesor del metal me lo da la experiencia.
Mis joyas generalmente poseen muchos calados, es decir, cortes dentro de las placas o láminas. Comienzo diseñando en papel, luego lo traspaso al metal y, finalmente, lo preparo para cortar con una sierra delgada. Lo recomendable es empezar desde adentro hacia afuera, cortando todos los dibujos interiores. De esta manera se obtiene una mayor superficie donde apoyar el metal. Al último corto el exterior.
Una vez cortada la pieza a trabajar debe limarse tanto el interior como el exterior. Luego se lija por todos lados. Después de este paso se le aplican las sales o el ácido que corroerán el metal. Estos productos se dejan actuar por varias horas, de preferencia en calor. Una vez seca la pieza, se vuelve a lijar para mejorar las terminaciones exteriores. En caso de confeccionar aros, debe hacerse un orificio para colocar el gancho.
Mi colección de joyas inspiradas en hongos silvestres de Chile la llamo Tercer Reino, en honor al Reino Fungi. Me inspiro en diversos géneros de hongos, como Morchella Ramaria, Cyttaria, Pleurotus, Agaricus, entre otros, donde encuentro digüeñes, ostras, changles y morillas. La belleza de los hongos es única, mágica, mística y desconocida. Comencé a trabajar esta línea en 2016, gracias a un proyecto de la Universidad Católica.