Dependiendo del trabajo que quiera realizar debo preocuparme de elegir el alambre adecuado. El grosor es importante. Por ejemplo, un alambre 0,5 es el indicado para tejer a telar, ya que es manipulable. El metal puede tejerse y entrelazarse con facilidad, logrando una trama suave y armónica. El alambre viene con una película de barniz y para dejarlo con su brillo natural debo pelar y después lijar con un grano fino, para no dejar marcas.
Las herramientas de un orfebre son lo más importante, no pueden faltar limas, sierras, alicates, lijas ni martillos. Solo así podrás trabajar tranquilamente. Si necesitas fundir o soldar debes hacerte de un buen soplete y de un espacio ideal para manipular el fuego. El fuego es parte fundamental en nuestro trabajo, porque nos permite recocer el metal y, al mismo tiempo, ablandarlo para modelarlo con facilidad. Esto es lo que se necesita.
El golpe es parte del proceso de transformación del metal. En un taller debe haber siempre un objeto para hacer esto, ya sea un tronco o un yunque con goma para mitigar el ruido. Debe ser plano, para que no se disipe la fuerza. Nuestros ancestros ocupaban piedras, laminaban sobre ellas. Es importante tener un buen taller, con las herramientas ideales, según lo que necesitemos hacer, y con las mejores materias primas. Eso es calidad.
Para trabajar una lámina de cobre, primero marco el modelo que quiero hacer, luego lo corto con una sierra, para finalmente limar y lijar. Este proceso se repite varias veces, con fin de obtener una pieza suave, con buenas terminaciones, para que el metal no haga daño. Una vez terminado el objeto se lava con químicos, resultando un color parejo, donde resalta el brillo natural del cobre. También se puede envejecer, quedando algo más oscuro.
Dependiendo del trabajo que quiera realizar debo preocuparme de elegir el alambre adecuado. El grosor es importante. Por ejemplo, un alambre 0,5 es el indicado para tejer a telar, ya que es manipulable. El metal puede tejerse y entrelazarse con facilidad, logrando una trama suave y armónica. El alambre viene con una película de barniz y para dejarlo con su brillo natural debo pelar y después lijar con un grano fino, para no dejar marcas.
Las herramientas de un orfebre son lo más importante, no pueden faltar limas, sierras, alicates, lijas ni martillos. Solo así podrás trabajar tranquilamente. Si necesitas fundir o soldar debes hacerte de un buen soplete y de un espacio ideal para manipular el fuego. El fuego es parte fundamental en nuestro trabajo, porque nos permite recocer el metal y, al mismo tiempo, ablandarlo para modelarlo con facilidad. Esto es lo que se necesita.
El golpe es parte del proceso de transformación del metal. En un taller debe haber siempre un objeto para hacer esto, ya sea un tronco o un yunque con goma para mitigar el ruido. Debe ser plano, para que no se disipe la fuerza. Nuestros ancestros ocupaban piedras, laminaban sobre ellas. Es importante tener un buen taller, con las herramientas ideales, según lo que necesitemos hacer, y con las mejores materias primas. Eso es calidad.
Para trabajar una lámina de cobre, primero marco el modelo que quiero hacer, luego lo corto con una sierra, para finalmente limar y lijar. Este proceso se repite varias veces, con fin de obtener una pieza suave, con buenas terminaciones, para que el metal no haga daño. Una vez terminado el objeto se lava con químicos, resultando un color parejo, donde resalta el brillo natural del cobre. También se puede envejecer, quedando algo más oscuro.
Dependiendo del trabajo que quiera realizar debo preocuparme de elegir el alambre adecuado. El grosor es importante. Por ejemplo, un alambre 0,5 es el indicado para tejer a telar, ya que es manipulable. El metal puede tejerse y entrelazarse con facilidad, logrando una trama suave y armónica. El alambre viene con una película de barniz y para dejarlo con su brillo natural debo pelar y después lijar con un grano fino, para no dejar marcas.
Las herramientas de un orfebre son lo más importante, no pueden faltar limas, sierras, alicates, lijas ni martillos. Solo así podrás trabajar tranquilamente. Si necesitas fundir o soldar debes hacerte de un buen soplete y de un espacio ideal para manipular el fuego. El fuego es parte fundamental en nuestro trabajo, porque nos permite recocer el metal y, al mismo tiempo, ablandarlo para modelarlo con facilidad. Esto es lo que se necesita.
El golpe es parte del proceso de transformación del metal. En un taller debe haber siempre un objeto para hacer esto, ya sea un tronco o un yunque con goma para mitigar el ruido. Debe ser plano, para que no se disipe la fuerza. Nuestros ancestros ocupaban piedras, laminaban sobre ellas. Es importante tener un buen taller, con las herramientas ideales, según lo que necesitemos hacer, y con las mejores materias primas. Eso es calidad.
Para trabajar una lámina de cobre, primero marco el modelo que quiero hacer, luego lo corto con una sierra, para finalmente limar y lijar. Este proceso se repite varias veces, con fin de obtener una pieza suave, con buenas terminaciones, para que el metal no haga daño. Una vez terminado el objeto se lava con químicos, resultando un color parejo, donde resalta el brillo natural del cobre. También se puede envejecer, quedando algo más oscuro.