Una de las alegrías más grandes de mi vida fue el regalo de la escritura siendo no vidente. En un comienzo escribía en regletas, pero luego de una visita de médicos a la escuela, la doctora Genoveva Valderrama, una vez que quedé en la universidad, se contactó con mis padres para visitarme y traerme de regalo una máquina Perkins Brailers, la que permite escribir a personas con discapacidad visual, además de una regletas y otras cosas.
Comenzamos con mi marido haciendo artesanías con papel en forma autodidacta. Elaborábamos joyeros y paneras, entre otros productos, hasta que nos invitaron a participar en Adami y asistimos a un curso de telares que se realizó en Pelequén. Posteriormente, realizamos otros cursos, como el de Sence, organizado por la Municipalidad de Rengo. Después vino un tercer curso, el de la manta campesina, con el profesor Jorge Fredes.
Realizamos varios productos. Una vez hicimos una original cartera, hecha con lana de oveja y tejida en telar de peine. Se tramó, en su mayoría, con lana hilada, y se le intercalaron vellones, resultando una textura irregular, siendo más atractiva. Sus manillas fueron hechas de madera, por lo que todas sus materias primas fueron naturales. Esta es una pieza contemporánea, innovadora, aunque la trabajamos con técnica ancestral.
Nuestra decisión de trasladarnos desde Santiago a Rengo hace ocho años fue parte de un proceso de tomar mayor conciencia de la vida y plantearnos el futuro que queríamos. ¿Seguiríamos con nuestras profesiones o nos dedicaríamos de lleno a nuestras pasiones? Luego de tantos años de tejer en solitario y pacientemente, soñando con hebras y colores, hoy día podemos decir que enfrentamos la madurez de la vida de buena manera y felices.
Una de las alegrías más grandes de mi vida fue el regalo de la escritura siendo no vidente. En un comienzo escribía en regletas, pero luego de una visita de médicos a la escuela, la doctora Genoveva Valderrama, una vez que quedé en la universidad, se contactó con mis padres para visitarme y traerme de regalo una máquina Perkins Brailers, la que permite escribir a personas con discapacidad visual, además de una regletas y otras cosas.
Comenzamos con mi marido haciendo artesanías con papel en forma autodidacta. Elaborábamos joyeros y paneras, entre otros productos, hasta que nos invitaron a participar en Adami y asistimos a un curso de telares que se realizó en Pelequén. Posteriormente, realizamos otros cursos, como el de Sence, organizado por la Municipalidad de Rengo. Después vino un tercer curso, el de la manta campesina, con el profesor Jorge Fredes.
Realizamos varios productos. Una vez hicimos una original cartera, hecha con lana de oveja y tejida en telar de peine. Se tramó, en su mayoría, con lana hilada, y se le intercalaron vellones, resultando una textura irregular, siendo más atractiva. Sus manillas fueron hechas de madera, por lo que todas sus materias primas fueron naturales. Esta es una pieza contemporánea, innovadora, aunque la trabajamos con técnica ancestral.
Nuestra decisión de trasladarnos desde Santiago a Rengo hace ocho años fue parte de un proceso de tomar mayor conciencia de la vida y plantearnos el futuro que queríamos. ¿Seguiríamos con nuestras profesiones o nos dedicaríamos de lleno a nuestras pasiones? Luego de tantos años de tejer en solitario y pacientemente, soñando con hebras y colores, hoy día podemos decir que enfrentamos la madurez de la vida de buena manera y felices.
Una de las alegrías más grandes de mi vida fue el regalo de la escritura siendo no vidente. En un comienzo escribía en regletas, pero luego de una visita de médicos a la escuela, la doctora Genoveva Valderrama, una vez que quedé en la universidad, se contactó con mis padres para visitarme y traerme de regalo una máquina Perkins Brailers, la que permite escribir a personas con discapacidad visual, además de una regletas y otras cosas.
Comenzamos con mi marido haciendo artesanías con papel en forma autodidacta. Elaborábamos joyeros y paneras, entre otros productos, hasta que nos invitaron a participar en Adami y asistimos a un curso de telares que se realizó en Pelequén. Posteriormente, realizamos otros cursos, como el de Sence, organizado por la Municipalidad de Rengo. Después vino un tercer curso, el de la manta campesina, con el profesor Jorge Fredes.
Realizamos varios productos. Una vez hicimos una original cartera, hecha con lana de oveja y tejida en telar de peine. Se tramó, en su mayoría, con lana hilada, y se le intercalaron vellones, resultando una textura irregular, siendo más atractiva. Sus manillas fueron hechas de madera, por lo que todas sus materias primas fueron naturales. Esta es una pieza contemporánea, innovadora, aunque la trabajamos con técnica ancestral.
Nuestra decisión de trasladarnos desde Santiago a Rengo hace ocho años fue parte de un proceso de tomar mayor conciencia de la vida y plantearnos el futuro que queríamos. ¿Seguiríamos con nuestras profesiones o nos dedicaríamos de lleno a nuestras pasiones? Luego de tantos años de tejer en solitario y pacientemente, soñando con hebras y colores, hoy día podemos decir que enfrentamos la madurez de la vida de buena manera y felices.