Mis semillas son rescatadas del pasado campesino del Valle Central de Chile. Sus frutos son puros, tal como lo eran en esos tiempos, alimentos sanos, sin intervenciones. Además, tengo algunas semillas extranjeras, que también voy conservando su existencia. Año a año voy recuperando mis propias semillas y otras me las van regalando. De todas formas, las semillas siempre deben guardarse en un lugar oscuro.
Para guardar las semillas primero debo seleccionar la planta o el fruto que se quiere conservar. Obtener la semilla es todo un arte. En el caso del tomate, por ejemplo, se saca del primer racimo. En otras plantas puede ser el segundo o hasta el tercero, todo depende de la especie. Se saca la semilla cuando el fruto está muy maduro, se lava con agua y se deja secar a la sombra. Se mantiene guardada hasta la temporada de siembra.
El compost lo hago con guano de caballo, cordero, gallina y conejo, tierra de hojas de cerro, boro, zinc, magnesio, potasio, fósforo y otros elementos que dispongo capas y dejo reposar durante un año. Después tomo el compost y lo cocino durante 4 horas sobre un tambor con agua. Para esto pongo el compost en una lata sobre el tambor y prendo fuego abajo. Cuando hierve el agua, el vapor calienta el latón y se comienza a cocinar la tierra.
Cuido mi huerta de insectos y plagas, como el pulgón, la mosca blanca y el oídium, con preparados naturales que elaboro. Los hago a base de cannabis, quillay, eucalipto, yerba de la plata, ajo, aceite de oliva, jabón, vinagre de manzana, chamico, extracto de avena, leche, bicarbonato etc., dependiendo de dónde lo vaya a aplicar. Abono todo con mi compost natural y con cochayuyo remojado, así regulo el pH de mi tierra.
Mis semillas son rescatadas del pasado campesino del Valle Central de Chile. Sus frutos son puros, tal como lo eran en esos tiempos, alimentos sanos, sin intervenciones. Además, tengo algunas semillas extranjeras, que también voy conservando su existencia. Año a año voy recuperando mis propias semillas y otras me las van regalando. De todas formas, las semillas siempre deben guardarse en un lugar oscuro.
Para guardar las semillas primero debo seleccionar la planta o el fruto que se quiere conservar. Obtener la semilla es todo un arte. En el caso del tomate, por ejemplo, se saca del primer racimo. En otras plantas puede ser el segundo o hasta el tercero, todo depende de la especie. Se saca la semilla cuando el fruto está muy maduro, se lava con agua y se deja secar a la sombra. Se mantiene guardada hasta la temporada de siembra.
El compost lo hago con guano de caballo, cordero, gallina y conejo, tierra de hojas de cerro, boro, zinc, magnesio, potasio, fósforo y otros elementos que dispongo capas y dejo reposar durante un año. Después tomo el compost y lo cocino durante 4 horas sobre un tambor con agua. Para esto pongo el compost en una lata sobre el tambor y prendo fuego abajo. Cuando hierve el agua, el vapor calienta el latón y se comienza a cocinar la tierra.
Cuido mi huerta de insectos y plagas, como el pulgón, la mosca blanca y el oídium, con preparados naturales que elaboro. Los hago a base de cannabis, quillay, eucalipto, yerba de la plata, ajo, aceite de oliva, jabón, vinagre de manzana, chamico, extracto de avena, leche, bicarbonato etc., dependiendo de dónde lo vaya a aplicar. Abono todo con mi compost natural y con cochayuyo remojado, así regulo el pH de mi tierra.
Mis semillas son rescatadas del pasado campesino del Valle Central de Chile. Sus frutos son puros, tal como lo eran en esos tiempos, alimentos sanos, sin intervenciones. Además, tengo algunas semillas extranjeras, que también voy conservando su existencia. Año a año voy recuperando mis propias semillas y otras me las van regalando. De todas formas, las semillas siempre deben guardarse en un lugar oscuro.
Para guardar las semillas primero debo seleccionar la planta o el fruto que se quiere conservar. Obtener la semilla es todo un arte. En el caso del tomate, por ejemplo, se saca del primer racimo. En otras plantas puede ser el segundo o hasta el tercero, todo depende de la especie. Se saca la semilla cuando el fruto está muy maduro, se lava con agua y se deja secar a la sombra. Se mantiene guardada hasta la temporada de siembra.
El compost lo hago con guano de caballo, cordero, gallina y conejo, tierra de hojas de cerro, boro, zinc, magnesio, potasio, fósforo y otros elementos que dispongo capas y dejo reposar durante un año. Después tomo el compost y lo cocino durante 4 horas sobre un tambor con agua. Para esto pongo el compost en una lata sobre el tambor y prendo fuego abajo. Cuando hierve el agua, el vapor calienta el latón y se comienza a cocinar la tierra.
Cuido mi huerta de insectos y plagas, como el pulgón, la mosca blanca y el oídium, con preparados naturales que elaboro. Los hago a base de cannabis, quillay, eucalipto, yerba de la plata, ajo, aceite de oliva, jabón, vinagre de manzana, chamico, extracto de avena, leche, bicarbonato etc., dependiendo de dónde lo vaya a aplicar. Abono todo con mi compost natural y con cochayuyo remojado, así regulo el pH de mi tierra.